lunes, 14 de diciembre de 2015

Saga Dark Hunter: Placeres nocturnos - Sherrilyn Kenyon

Titulo: Dark Hunter: Placeres nocturnos
Autora: Sherrilyn Kenyon
Genero: Fantástica, romántica

Bueno como dije aquí os traigo el segundo libro de la saga Dark Hunter.

Kyrian de Tracia era un guerrero al cual por culpa del amor de una mujer lo capturaron, y después de torturarlo y matarlo juro lealtad a la diosa Artemisa.

Después de años bajando por la tierra matando daimons, el mas fuerte de ellos consigue capturarlo y encerrarlo, cuando despierta se da cuenta que esta encerrado con Amanda una mujer de la cual se enamora sin proponerlo.

Amanda despierta en un lugar que no reconoce esposado a un hombre con el mismo aspecto de un dios, lo que no espera es que no es un hombre cualquiera y a partir de ese momento su vida estará en constante peligro.

Kyrian tiene que volver a confiar de nuevo en una mujer, ¿sera Amanda capaz de hacer que Kyrian confié en ella? ¿Sera capaz Kyrian de olvidar y superar la traición de su mujer años atrás y acabar con el daimon?


"De acuerdo, el tipo la ponía muy caliente y su aliento sobre la oreja le erizaba la piel y le provocaba continuos escalofríos.

–Tú no eres Tabitha Devereaux –dijo en voz tan baja que, a pesar de que tenía los labios pegados a
su oreja, ella tuvo que esforzarse por escucharlo.

Amanda tragó saliva.

–Conoces a Tabitha.

–Shh –le susurró al oído mientras sus pulgares le acariciaban las muñecas, que todavía mantenía
sujetas.

El ritmo de esos dedos enviaba pequeñas descargas eléctricas a lo largo de sus brazos. Los pezones
se le endurecieron y sintió que el deseo la abrasaba.
El desconocido movió la cabeza, acariciándola suavemente con la mejilla, de tal forma que el roce
de su barba volvió a hacer que se le erizara la piel. Jamás en su vida había sentido algo tan excitante como el peso de ese cuerpo sobre ella, ni había percibido un olor tan embriagador como el aroma especiado y masculino de su piel.

–Nos están escuchando –le dijo Kyrian. Acto seguido volvió a inspirar hondo de nuevo para disfrutar de su olor.

Ahora que estaba seguro de que la mujer no representaba ninguna amenaza debería apartarse de
ella, pero…

Había pasado mucho tiempo desde la última vez que estuvo entre los muslos de una mujer. Y una
eternidad desde que se había atrevido a acercarse tanto a una. Había olvidado la suavidad de unos pechos aplastados bajo su torso; la dulce sensación de un aliento cálido en el cuello.

Pero ahora que la tenía debajo…

¡Por los dioses! Sí que lo recordaba. Recordaba lo que se sentía cuando unas manos femeninas se
deslizaban por su espalda desnuda; cuando una mujer se retorcía bajo sus expertas caricias.

Por un instante se abstrajo por completo e imaginó que se desnudaban allí mismo y que podía explorar todas esas curvas femeninas de forma más placentera.

Y mucho más íntima."

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