Titulo: Odio el Rosa: Historia de
Dani
Autores: Ana Alonso y Javier
Pelegrín
Genero: Juvenil
Odio el Rosa es una nueva saga que combina la lectura tradicional con la lectura digital.
Cada capitulo esta dividido en dos libros como en este caso es Historia de Dani e Historia de Sara de la cual hablare en mi próxima reseña.
En 2055 el mundo esta controlada por
las grandes corporaciones, Dani Arena es uno de los pocos afortunados
que puede cumplir uno de sus sueños jugar al fútbol con diecisiete
años entra en Kine una de los mejores equipos, pero cuando intenta
dar rienda suelta a su imaginación escribiendo una historia de Dani
Dark un personaje que invento cuando apenas tenia seis años, Kine se
opone a que escriba o incluso lea cosas de fantasía porque no es
bueno para su rendimiento.
Dani escribe su historia en los blog
clandestinos de la red, pero aun así unos de su compañeros se
entera de lo que hace en su tiempo libre y en un encontronazo con
Dani, revela a todo el equipo su mayor secreto, y Kine no va a dejar
que su ultimo fichaje se distraiga con algo tan insignificante como
el escribir, pero todo cambia para Dani cuando un equipo rival de
Kine le ofrece un puesto en su equipo prometiendo le libertad para
poder escribir.
¿Sera capaz Dani dejar al equipo que
le a dado la fama? O ¿Se doblegara a las exigencias de Kine?
-Ellos no quieren que me vaya
-dije, convencido-. Solo quieren que me asuste. Que me asuste y me
deje controlar.
-Nadie tiene ningún interés en
controlarte. -Sonia suspiró; su tono era de paciencia forzada, de
cansancio-. Aquí nadie tiene tiempo para andar controlando a los
demás. Lo que queremos es que te controles tu mismo, y tú deberías
ser el primer interesado en conseguir ese control. Tienes suerte de
contar con ayuda profesional para lograrlo. Ahora, si no quieres
aprovecharla...
No sé qué esperaba Sonia que
respondiera. ¿Creía que me iba a poner a saltar de alegría por
tener que verla cada día? Todo aquello era tan absurdo, que ni
siquiera supe qué contestar. Así que me quedé callado.
-Escucha, Dani: no tienes por qué
sentirte culpable -dijo Sonia al cabo de unos segundo en un tono un
poco más amable-. Mucha gente inteligente, responsable y capaz
termina enganchándose por desconocimiento a actividades que no le
benefician. El juego, las compras, la conexión a realidades
virtuales... Son cosas que todos hacemos ocasionalmente pero, si se
convierten en obsesiones, comienzan a volverse peligrosas. En tu
caso, creemos que has llegado a ese caso. ¡Por Dios, Dani! ¡Estabas
escribiendo una novela!
-¿Y eso es tan terrible? Mucha
gente lo hace.
-Tal vez en el pasado, en otras
épocas, cuando no había otras formas de entretenimiento. Pero,
ahora, escriben los profesionales, seleccionados a través de
exámenes por las principales corporaciones multimedia del mundo. Es
un trabajo más, ni mejor ni peor que el tuyo. Bueno, miento: en
realidad es mucho peor. Ni siquiera los escritores más valorados en
las grandes compañías ganan lo que ganas tú.
-No se trata de ganar dinero; yo
no escribo para eso. Escribo por que lo necesito, porque quiero sacar
todas esas historias que llevo dentro desde pequeño.
-Con la esperanza de que lleguen
a los lectores. De producir un impacto en ese pequeño mundo de los
amantes de la fantasía...
-No lo hago por eso. Aunque sí,
me gustaría que mis historias se leyeran, o que alguien las
convirtiese en juegos.
-Eso estaría muy bien si no
tuvieses otra opción profesional mucho más ventajosa para ti y para
tu familia. Pero el caso es que la tienes, Dani. Eres así de
afortunado. El problema es que las dos opciones son incompatibles. O
juegas al fútbol o te dedicas a inventarte mundos. Y ni siquiera
está claro que esto último sepas hacerlo bien.
Aquello era un golpe bajo, una
crueldad innecesaria. Sonia no sabia nada de mi talento como
escritor, ¿por qué se atrevía a ponerlo en duda?
Es un libro muy ligero de leer y para
todos aquellos que le aficione el fútbol podría gustarle. A mi
personalmente el fútbol no me gusta, pero este libro me a enganchado
desde el principio, como los jóvenes luchan no solo por su profesión
si no también por sus hobbies, como en el caso de Dani que es
escribir.
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