miércoles, 20 de julio de 2016

Saga Dark Hunter: El abrazo de la noche - Sherrilyn Kenyon

Titulo: Dark Hunter: El abrazo de la noche
Autora: Sherrilyn Kenyon
Género: Fantástica, Romántica

Tercer libro de la saga Dark Hunter.

Talon con su vida actual vive bien, en la noche del Mardi Gras mientras vigila que los daimons no ataque a ningún humano sufre un accidente con una carroza y queda inconsciente sin poder hacer nada.

Cuando despierta se encuentra en una habitación que no es suya, si no de Sunshine una chica extrovertida que solo quiere ayudar aunque en el intento la acabe liando un poco.

Talon cuando llega la noche decide irse sin mirar atrás después de haber pasado un dia un poco raro.

Pero los sentimientos que había tenido guardados todos estos años empieza a florar de nuevo y teme que por culpa de él Sunshine acabe muerta como su ultimo amor.

Sunshine empieza a tener sueños de una vida pasado junto con Talon, no entiende porque el aparece como si no fuera envejecido, pero su relación se complica cuando un antiguo dios intenta hacer que Talon pase de nuevo por lo que paso con su ultimo amor.

¿Sera capaz Talon de alejarse de Sunshine antes de que esta acabe muerta? o ¿Sunshine sera capaz de convencer a Talon de que siempre estarán juntos?

Sunshine no le prestó atención mientras rodeaba a Starla para quedar frente a él. Ambas mujeres lo miraron ahí, acostado en la cama, como si fuera una curiosidad inanimada.
Talon subió la sábana rosa más arriba sobre su cintura. Luego, repentinamente cohibido, movió su
pierna desnuda bajo la cubierta y dobló la rodilla a fin de que la parte central de su cuerpo no fuera tan obvia debajo del delgado algodón.

Las dos mujeres mantenían los ojos clavados en él.

–¿Ves lo que te decía? –preguntó Sunshine–. ¿No tiene el aura más increíble que alguna vez hayas
visto?

–Definitivamente tiene un alma antigua. Con sangre Druida. Estoy segura de eso.

–¿Lo crees? –Sunshine preguntó.

–Oh, sí. Necesitamos hablarle y que nos deje hacerle una regresión a la vida pasada y ver con que
nos encontramos.

«Ok, ambas estaban locas».

–Mujeres –dijo abruptamente–. Necesito mis ropas, y las necesito ahora.

–Mira –dijo Sunshine–. Mira la forma en que cambia su aura. Está absolutamente viva.

–Sabes, nunca vi algo así. Es realmente inusual. –Luego Starla salió del cuarto hojeando la revista.

Sunshine aun se limpiaba la pintura de las manos.

–¿Hambre?

¿Cómo podía hacer eso? ¿Cómo podía cambiar de un tema a otro y luego regresar otra vez?

–No –dijo él, tratando de mantenerla en el tema principal–. Quiero mis ropas.

Ella realmente se acobardó.

–¿Que sucedió con las etiquetas de tus pantalones?

Talon frunció el ceño ante la extraña pregunta.

Él estaba refrenando su irritación y su temperamento, pero algo alrededor de esta mujer lo hacia
muy difícil.

–¿Perdón?

–Bueno, tú sabes, estaban cubiertos de sangre...

Un mal presentimiento se asentó en su estomago.

–¿Y?

–Los iba a limpiar, y...

–¿Oh mierda, los lavaste?

–No fue el lavado el que los estropeó tanto como el secado.

–¿Secaste mis pantalones de cuero?

–Bueno, no sabía que eran de cuero –dijo suavemente–. Se sentían realmente suaves y extraños
que pensé que era cuerina o algo por el estilo. Lavo mi vestido de cuerina todo el tiempo sin que se desintegre y se encoja como les paso a tus pantalones.

Talon se frotó la frente con la mano. Esto no estaba bien. ¿Cómo diablos haría para salir de su departamento en la mitad del día y sin ropa?

–Sabes –continuó ella–, realmente no deberías haber recortado las etiquetas de tus ropas.

Había pasado mucho tiempo desde que él se sintiera realmente exasperado, pero comenzaba a
sentirse así ahora.

–Esos eran pantalones de cuero hechos a mano. Nunca tienen etiquetas.

–Oh –dijo ella, mirándolo aún más avergonzada– Te habría comprado algo de ropa, pero como no
tenían etiqueta no sabía que talla comprar.

–Genial. Vivo para quedarme desnudo clavado en un lugar extraño.

Ella comenzó a sonreírle, y luego apretó los labios como si estuviera pensando sobre eso.

–Tengo algunos pantalones de gimnasia rosados que no te quedarían, y aun si te entraran, estoy segura que no querrías usarlos de cualquier manera, ¿no?

–No. ¿También lavaste mi billetera?

–Oh, no. La saqué de tus pantalones.

–Bien. ¿Dónde esta?

Ella se quedó callada otra vez y un sentimiento de condenado temor lo consumió.

–¿Voy a querer saberlo? –preguntó él.

–Bueno... –ya comenzaba a odiar esa palabra desde que parecía augurar alguna condena para él y
sus pertenencias–. La coloqué sobre la lavadora en la lavandería con tus llaves, y me di cuenta que no tenía cambio para la lavadora, por lo que fui hasta la maquina expendedora de cambio. Solo me ausenté un segundo, pero cuando regresé tu billetera ya no estaba. –Talon hizo una mueca–.¿Y mis llaves?

–Bueno, ¿sabes que cuando lavas algo se desestabiliza la máquina? Tus llaves terminaron sacudiéndose de allá arriba y se cayeron en un pequeño desagüe.

–¿No las recuperaste?

–Traté pero no pude alcanzarlas. Tres personas también trataron pero después se fueron.

Talon se sentó con atónita incredulidad. Peor, no podía enfurecerse con ella ya que sólo había estado tratando de ayudarle. Pero realmente, realmente quería enojarse.

–No tengo dinero, ni pantalones, ni llaves. ¿Todavía tengo mi campera?

–Sí, está segura. Y salvé tu pastillero Pez de Snoopy de la máquina de lavar también. Y tus botas y
cuchillo están justo aquí –dijo, levantándolos del piso cerca de la cama.

Talon asintió, sintiendo un extraño alivio por saber que ella no había destruido todo lo que tenia la
noche anterior. Gracias a los dioses que su moto la había dejado en la cervecería. Se estremeció de
pensar lo que ella le podría haber hecho.

Este libro es uno con los que mas me e reído gracias a Sunshine, espero que os guste y os lo paséis tan bien como yo con este libro.

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